Alivian el dolor, ayudan a regenerar y reparar los tejidos, favorecen los mecanismos de autocuración del cuerpo, reducen la inflamación, promueven la división celular, les aportan más energía y facilitan sus funciones, potencian el sistema inmune, evitan la formación de cicatrices y reducen las arrugas… entre otras propiedades. Y lo mejor es que lo hacen de forma indolora, segura y no invasiva en sesiones que duran apenas unos minutos. Hablamos de los láseres blandos ode baja energía, tecnologías con las que manos expertas consiguen estimular el organismo para que éste se cure a sí mismo más rápido.
La fotobioestimulación conseguida mediante láseres como el Natural Laser se viene aplicando desde hace décadas para tratar con indiscutible éxito las lesiones del tejido blando, para acelerar la curación de heridas, para eliminar la inflamación y para procurar alivio rápido en situaciones de dolor agudo o crónico. Y es que, según los expertos, unas pocas sesiones de apenas unos minutos con esta tecnología reducen entre un 30 y un 40% el tiempo de curación de tejidos dañados. Además, por los procesos que se ponen en marcha en el interior del cuerpo cuando se aplica esta luz se ha comprobado que los tejidos tratados serán más fuertes y consistentes que antes de lesionarse.
Por lo que respecta a la duración de los tratamientos varía de segundos a minutos en función de las circunstancias específicas de cada caso y de cada paciente (da igual el tipo de piel porque el dispositivo se adapta específicamente a las condiciones de cada tipo de epidermis). En este sentido se puede decir que no existen protocolos porque algunas investigaciones llevadas a cabo con el sistema demuestran que, dependiendo de los casos, el tratamiento puede ser más efectivo con dosis más bajas y múltiples sesiones que una sola aplicación con una dosis más alta.
https://www.dsalud.com/reportaje/laseres-de-baja-potencia-luz-para-bioestimular-el-cuerpo